He aquí algunos puntos a tener en cuenta:
Impuestos: Como consultor, serás responsable de la parte patronal de los impuestos de la Seguridad Social y de Medicare, y puede que también tengas que pagar el seguro de desempleo y el seguro de incapacidad estatales.
Gastos de oficina: Como consultor, es posible que tenga que comprar su propio ordenador portátil, pagar sus propias licencias de software y comprar otros suministros relacionados con la oficina. En el caso de los servicios de gama alta, es posible que tengas que montar una oficina completa e incluso contratar a tu propia secretaria y otro personal de apoyo.
Beneficios : Como consultor, será responsable de su propio seguro de salud, plan de jubilación y otras prestaciones que un empleador proporcionaría normalmente.
Educación : Es probable que su empleador le pague libros y suscripciones a revistas y le envíe a seminarios para mantener sus conocimientos actualizados; su cliente no lo hará.
Responsabilidad : Los consultores se enfrentan a ciertas responsabilidades que los empleados no tienen, y tienen que incluir en su tarifa el coste de los seguros contra esos riesgos. Supongamos que eres un desarrollador de software y tu código defectuoso hace que el núcleo del reactor de una central nuclear se sobrecaliente y se funda. Como empleado, te despedirán. Como consultor, te demandarán. Incluso los consultores en campos de bajo riesgo pueden desembolsar fácilmente miles de dólares al año por una póliza básica de responsabilidad civil.
Ventas y marketing: No olvides que cuando tu contrato termine, tendrás gastos asociados a la búsqueda de tu próximo cliente, incluido el coste de oportunidad de no cobrar por tus servicios durante ese tiempo.
Todos estos factores contribuyen a tus gastos generales, que tienes que incluir en tu tarifa de consultoría. También debes añadir un margen de beneficio – después de todo, como estás en un negocio para ti mismo, deberías ser compensado por asumir este riesgo empresarial.
Si buscas una regla rápida, puedes calcular que tu tarifa de consultoría equivalente debería ser aproximadamente el doble de lo que te pagarían por hora como empleado. Suponiendo que trabajes 2.000 horas al año, si recibes un salario de 100.000 dólares, tu tarifa por hora debería ser de 100 dólares. Por supuesto, esto es sólo una orientación muy aproximada. En última instancia, tu tarifa dependerá sobre todo de lo establecido que estés y de la demanda de tus servicios.